Refectorio cuenta la historia que narra el territorio, la tradición y los valores.
Desde el primer momento en el que se concibió este destino experiencial, se quiso mantener los usos de los espacios originales que idearon los monjes. De ahí que Refectorio sea el lugar en el que ellos, en el siglo XIII, compartían la comida y la cena. Al acceder a su interior, es irremediable enmudecer por unos segundos. Sorprenden los imponentes muros y bóvedas de piedra, las entradas naturales de luz y el fresco “La Sagrada cena”, de 1670.
Refectorio deleita con una gastronomía impecable de base clásica pero que derrocha vanguardia y personalidad. El equipo de cocina, que cuenta con el sello inconfundible del Chef Marc Segarra, domina la técnica y sorprende con combinaciones de sabores, texturas y temperaturas.
Se guía por el producto de temporada, con especial protagonismo de la despensa local, del producto de la zona servido por un proveedor local, y cómo no, tienen el vino como inspiración. Su filosofía se articula en tres menús, que reflejan una propuesta próxima al entorno.